Nadie se sube al coche pensando que va a tener un accidente. Pero cuando ocurre, todo cambia en un instante. El susto, el dolor, la confusión y luego el papeleo, las llamadas, las dudas. En medio de ese caos, saber qué pasos dar puede marcar la diferencia entre salir bien parado o quedar atrapado en un mar de problemas legales.
Lo más urgente es comprobar cómo estás tú y quienes te acompañan. Llama al 112 cuanto antes, incluso si el accidente parece leve. Muchas lesiones no se notan en el momento. Es el caso típico del latigazo cervical: el cuello empieza a doler horas después, cuando ya estás en casa y el cuerpo baja revoluciones.
Aunque te veas bien, acude a urgencias en las primeras 72 horas. No solo por precaución médica, sino porque, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo, ese margen de tiempo es clave para que puedas reclamar legalmente una indemnización. Sin un informe médico inicial, las aseguradoras pueden alegar que tus lesiones no tienen relación directa con el accidente.
Documenta todo, incluso si estás nervioso
Sabemos que no es fácil pensar con claridad después de un choque. Pero si puedes, haz fotos del lugar, de los vehículos, de los daños, de las matrículas. Anota nombres, teléfonos y matrículas. Si hay testigos, pídeselos también.
Rellenad el parte amistoso si hay acuerdo entre los dos conductores. En el caso que esto no ocurra, llama a la Policía o la Guardia Civil para que elaboren un atestado. Este documento es una pieza clave si tienes que presentar una reclamación, porque describe los hechos de forma oficial.
A veces, antes de que termines de procesar lo ocurrido, la aseguradora ya te ha llamado. Te ofrecen una compensación económica rápida, con la promesa de ahorrarte líos. Pero cuidado: muchas de esas ofertas están muy por debajo de lo que realmente te corresponde.
Antes de firmar cualquier papel, consulta con un abogado especializado en accidentes de tráfico. No es un capricho, es protección. Un profesional conoce al detalle la Ley 35/2015, que regula el baremo de indemnizaciones por daños personales. Gracias a ella, se calculan importes por días de baja, secuelas, pérdida de calidad de vida e incluso daños morales.
¿Y si no puedes pagar un abogado?
No estás solo. El Consejo General de la Abogacía Española ofrece un servicio de asistencia jurídica gratuita para quienes cumplen ciertos requisitos económicos. Además, muchas pólizas de coche incluyen una cobertura de defensa jurídica, que te permite elegir tu propio abogado y que la aseguradora lo pague. Revisa tu contrato o llama a tu correduría. Es más habitual de lo que parece.
Cuidado con los plazos
Hay algo que no perdona: el tiempo. Tienes un año desde que tus lesiones se estabilizan (es decir, desde que ya no vas a mejorar más) para reclamar legalmente. Y ese plazo se puede interrumpir si haces una reclamación extrajudicial, así que no te duermas en los laureles. Cuanto antes actúes, más sólido será tu caso.
Si te has visto envuelto en un accidente de tráfico, actúa con calma pero sin dejarlo pasar. Cuida tu salud, guarda pruebas, desconfía de acuerdos apresurados y busca asesoramiento legal de confianza. No puedes evitar el accidente, pero sí puedes evitar que te atropellen en lo legal.